
¿Perdidos? Eso es poco, nos hemos abandonado. Nos hemos olvidado de lo feliz que éramos y hemos empezado a odiarnos. Hemos cambiado los besos y los abrazos, por empujones y malas miradas, los susurros al oído por los gritos a plena voz. Hemos estado perdidos tanto tiempo que ya no sabemos encontrarnos, ya no sabemos volver.
Ya no sabemos querernos.